Soy tuya:
Quiero tu amor, mi amado.
Quiero tu desprecio.
Quiero notar el tacto de tus puños
sobre mi estómago,
derríbame
al suelo y golpéame.
Insúltame.
Pero
no, deja de pegarme.
No
quiero llorar, ni tú quieres verme llorar, ámame.
Además,
hasta los niños pueden dar patadas,
es
tan burdo… hunde mi espíritu mejor,
hace
mucho más daño.
Castígame,
dime las cosas que he hecho mal,
remóntate
años atrás y recuérdame cada detalle
que
de cuantos fracasos vitales cometidos me torturan.
Acúsame
de engañarte con todos
aquellos
hombres a los que jamás me uní.
Destroza
mi espíritu.
Y
si logro realizar algún amago de levantarme,
apunta
a donde duele,
dime
que soy justo aquello contra lo que lucho,
dime
que soy irresponsable, mentirosa y frívola o que no te gusto
tantas
veces como haga falta hasta que vuelva a mi lugar.
Hasta
que bese el suelo de nuevo,
que
es donde debo estar.
Dime
que soy yo la única
y
engáñame con otras entre hipócritas mentiras.
Puedes
abandonarme siempre que quieras,
yo
te seguiré como un cachorro perdido.
Explícate,
justifícate, ¿por qué me pegabas?
¿Por
qué me maltratabas?
Tienes
las respuestas preparadas.
Pero
mi mirada de desafío no es más
que
la de una perra apaleada y acorralada en busca de refugio.
No soy nada sin ti.
No
soy nada para ti.
Sólo
te necesito a ti.
Entra
en cólera si alguien se interesa por mí,
desconfía
de mí y de mi amor por ti,
y
si quiero estar con mis amigos, échamelo en cara,
dime
que no te dedico tiempo,
que
no hago nada contigo,
porque
me posees.
Interrógame
cada vez que hablo con algún viejo conocido
y
verás que pronto dejaré de hablar con él,
porque
al menos así podré verte contento.
Y
si no tengo ganas de acostarme contigo,
oblígame,
soy una puta, puedes obligarme y yo debo servirte.
Dime
que soy una egoísta que sólo piensa en sí misma y fóllame.
No
valgo nada.
Ni
siquiera soy una persona.
Dime
todo lo que valgo.
Dime
que soy el mundo entero.
Dime
que me amas.
Destrúyeme
y prométeme que vas a cambiar.
¡Por
favor! ¡Por piedad!
¡Porque
quiero tus besos!
Quiero
ser tuya.
Quiero
tu amor.
Ojalá
no existieras.