El
grito:
Con un ojo
contemplo el mundo como es,
Con el otro,
ciego, veo más allá.
Con él penetro
tus palabras
y detrás de cada una
sólo puedo
escuchar un grito.
Un grito
desgarrador que nace
desde el centro
de tu ser.
Un grito de puro
dolor,
alto, claro, intenso.
Un grito que lo
llena todo.
Dices que no te
escucho y sin embargo,
digas lo que
digas,
siempre oigo el
mismo torrente de voz
suplicando
socorro.
A cada cosa que
haces,
a cada decisión
que tomas,
cada vez que
buscas el placer más rápido,
le acompaña un
grito agónico
saturado de
sufrimiento,
fuente anegada
de terror.
Tu corazón pide
ayuda desesperadamente.
Siempre me quedo
extrañado al notar
cómo tus gritos
pasan desapercibidos
entre toda esa
gente que dice quererte,
que te rodea, te
escucha y te da la razón.
Porque lo que
más perplejo me deja es saber
que tú misma
deseas permanecer sorda.
Sorda a tu
propio grito.
Y, sin ser
nadie, lo escucho descarnado.
Un grito
desgarrador que nace
desde el centro
de tu ser.
Un grito de puro
dolor,
alto, claro,
intenso.
Un grito que lo
llena todo.
Atrapado en un espacio
irreal.
Y yo grito
contigo.
El grito por Jorge Roussel Perla se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
Basada en una obra en http://parafernaliablablabla.blogspot.com.es/.