¡Entren en su blog de literatura cutre!
Sí, caballeras y caballeros, conservo escrupulosamente unos estándares de baja calidad a los que me debo.

martes, 10 de diciembre de 2013

El grito

El grito:

Con un ojo contemplo el mundo como es,
Con el otro, ciego, veo más allá.
Con él penetro tus palabras
y detrás de cada una
sólo puedo escuchar un grito.
Un grito desgarrador que nace
desde el centro de tu ser.
Un grito de puro dolor,
alto, claro, intenso.
Un grito que lo llena todo.
Dices que no te escucho y sin embargo,
digas lo que digas,
siempre oigo el mismo torrente de voz
suplicando socorro.
A cada cosa que haces,
a cada decisión que tomas,
cada vez que buscas el placer más rápido,
le acompaña un grito agónico
saturado de sufrimiento,
fuente anegada de terror.
Tu corazón pide ayuda desesperadamente.
Siempre me quedo extrañado al notar
cómo tus gritos pasan desapercibidos
entre toda esa gente que dice quererte,
que te rodea, te escucha y te da la razón.
Porque lo que más perplejo me deja es saber
que tú misma deseas permanecer sorda.
Sorda a tu propio grito.
Y, sin ser nadie, lo escucho descarnado.
Un grito desgarrador que nace
desde el centro de tu ser.
Un grito de puro dolor,
alto, claro, intenso.
Un grito que lo llena todo.
Atrapado en un espacio irreal.

Y yo grito contigo.