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Sí, caballeras y caballeros, conservo escrupulosamente unos estándares de baja calidad a los que me debo.

jueves, 6 de marzo de 2014

La sabiduría idiota

La sabiduría idiota:

            Antes decía que los problemas no existían. A pesar de que fuera cierto, no podía estar más equivocado.


6 comentarios:

  1. ¿Y se puede saber cómo habías llegado a la conclusión de que los problemas carecían de entidad?
    Simple curiosidad.
    Más que nada porque siempre he pensado que el hecho de negar la esencia de algo tan real como son los problemas, es un poco hipócrita. El hecho en sí, digo.
    :)

    Miss Carrousel

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    1. Pues tuve una época en la que necesitaba ayuda (y a la vez me hacía palanca a mí mismo con la cabeza) y devoré un par de libros sobre zen sin entender nada de nada pero con mucho entusiasmo, como si fuese la biblia para locos. ¡Saqué conclusiones! ¡Quería entender! xD
      Ahora me mantengo en un limbo metafísico (bueno, que ni es limbo ni mucho menos metafísico), ya no sé qué son las cosas, pero negar la existencia de los problemas es puro escapismo (hipócrita la postura también). Prefiero pensar que las cosas son y no son, o algo así, y simplemente si tengo problemas... no sé los vivo, joden, y les doy solución o no, y punto, los dejo estar hasta que se marchan. Ahora soy mucho más feliz, ¡joder, cómo pasa el tiempo! Dentro de poco les gritaré a los niños que no me pisen el césped. xD En fin, rectificar y desarrollarse... Claro que entiendo cada vez menos cosas. Creo que hubo un tiempo en que todo me daba miedo y necesitaba seguridad. No es que ahora no haya cosas que no me den miedito, pero si tengo miedo, tengo miedo, ¡qué le voy a hacer! Ah, bueno... aprender. Y sí, este texto salió de mi propia historia, por supuesto. Claro que... ¿cuál no?
      Voy a ver tus otros comentarios curiosos, a ver si me da tiempo...
      ¡Un abrazo, miss Carrousel! ^_^

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    2. Jajaja. ¿En serio? No pensé que fueran útiles esa clase de libros, la verdad. Me llevo una gran sorpresa.
      Los problemas terminan yéndose, como dices. Es tu elección enfrentarlos, enterrarlos o dejarte arrastrar. Te ayudan a crecer como persona, aunque acabes adorando a tu césped jiji.
      No se puede entender todo. Hay que aceptarlo, eso es lo primero. Y luego, pues luchar contra esos miedos :)
      Besitos.

      Miss Carrousel

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    3. Y no son útiles en absoluto, creo que ahí radica el tema... Pero, es curioso, con respecto a los problemas yo creo que no los enfrento ni los entierro, ni me dejo arrastrar por ellos. Lo que hago, supongo que se parece a enfrentarlos en términos de resultados, pero en realidad no hago eso... ¡qué raro!
      ¡Un abrazo, miss Carrousel! ^_^

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  2. Bueno, yo creo que los problemas existen, pero a veces los confundimos con los inconvenientes y son conceptos muy diferentes...El discurso del prisma y su color también es importante claro.

    Un abrazo Jorge

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    1. Sin duda alguna, Sofya, y yo diría que hasta tal punto es así que juzgar los problemas ajenos siempre acarrea cierta distorsión o desfase. Pero creo que el fondo de la cuestión, la frontera que aparece entre los problemas y los inconvenientes, no es lógica y no puede expresarse en términos de verdad o mentira. Quizás, con eso presente, podamos acceder a una experiencia menos seria de los eventos que nos suceden, aunque, a la vez, todo sea solemne hasta el absurdo, hasta hacerse divertido. Los problemas seguirían siendo problemas, y conllevarían obstáculos que superar o no, evidentemente, pero quizás podamos movernos como una corriente de aire entre dos ventanas más que como un gólem o un robot patoso que forcejea contra unos peldaños. Supongo que todo lo que pueda decir en el fondo es un prisma y nada más.
      ¡Otro abrazo para ti, Sofya! ^_^

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