春夏秋冬奏でて 明日を行く旅積み重ねて
気付けばあなたと 夢の果てまで
Toco los acordes de las cuatro
estaciones
los viajes por venir no paran de
llegar
y sin darme cuenta
estoy contigo hasta el fin de los
sueños
NUJABES
Los sueños del agua:
Imagínate
imaginada y, entonces, rememora. Y ve hacia atrás y Hacia adelante, las
palabras no pueden tocarte y eres preciosa se esfuma. Nos dirán que volvamos al
colegio para hacernos aburridos y conocer sólo un par de respuestas estériles mientras
mendigamos un lugar para morir. Madura, que son dos días.
El molino de
viento gira con un beso.
Sin embargo
las lunas, descreído el después, a cada lado cuando los cubos desaparecen, en
cada esquina detrás del tren no hay parada y las escaleras son sólo atajos para
más escaleras, lo entiendes. La búsqueda es estática del televisor y en lugar
de bocas hay cremalleras, un altavoz nos cuenta el silencio del alma y el
cambio nos engaña con su cántico a las sonrisas que existen.
La Guardiana
del Agua da un toque con su bastón en el suelo: el sonido vacío de quien desea
una hoja en una rama de primavera o introducirse en un río sin romper en el
agua.
El libro
sagrado en el mundo de los sueños comienza con un solemne: “No hay verbo” que
se sabe naufragando en todas las alegrías sin labios porque penden del
significado más vacío. El verano ha conquistado las espirales y el camino se
eleva en reverencia a cada paso que da Tikal, cáscaras en la nevera, flores en
el campo, la dulzura como espejo y el olor de las naranjas sobre la piel que
quiere chocolate.
–La bondad
es un remo en el agua –dice Tikal sonriendo.
–¿Un error
de perspectiva? –pregunta el remo.
–¡También!
–contesta Tikal entusiasmada–. No había pensado en eso… Hablas pero no te
ahogas, ¿no es increíble?
–Soy un pedazo
de madera –y no podía encogerse de hombros, claro.
El sendero
se bifurca y Tikal no se decide, así que se decanta por ambos caminos cuando el
agua se hace tierra y sus pies descalzos se cubren de arena, el imán de la
humedad la seca bajo el sol y Tikal se convierte en una carrera con las manchas
de un guepardo.
Los anhelos se
desploman porque el dibujo no brilla, garabatos en la podredumbre de una
camiseta gastada, una mueca afeada y una sonrisa por detrás. Ella se quita eso
de la cara y lo contempla, papel arrugado y crujiente, el derrumbe de las
creencias es un acorde en la fantasía. Arroja el paisaje ante sí como
extendiendo un mantel, el olor del pan recién hecho llena su cabeza y las nubes
no encuentran sitio en el cielo despejado. Los árboles le dicen el mundo, ¡las
palabras vuelven a la boca! Y Tikal va gritando, ¡pajarito, parajito!, las alas
se deshacen en el y de cualquier cosa, y va deslizándose sobre el cosquilleo de
sus labios esa miel de la que están hechos los signos de interrogación.
Da vueltas y
se deja caer sobre el mundo, y deja de haber límite entre hierba y piel.
Sé adulta,
ten respuestas, coge un buen puñado, ¿quieres más?, toma más, por favor. ¿Quieres
más? El espectáculo es obsceno pero, al fin y al cabo, son placeres de mentira
a manos llenas: conceptos muertos, ideas que otros parieron.
–¡Las
respuestas tienen mala cara! –exclama la alegría de Tikal–. ¿Creéis que se
pondrán bien? –dice colgando del color blanco. Semblante con sabor a azúcar
moreno, la risa divertida del misterio al saberse círculo.
La
curiosidad resuena como una caña hueca y el eco se pone en pie, en la cima de
todas las montañas, sólo para fluir por una Tikal rodando por la ladera verde
de su sonrisa.
El molinillo
de papel gira con un beso de cariño.
Y es que, en
el fondo, todas las letras saben a lo mismo.
Los sueños del agua by Marta Roussel Perla is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en http://parafernaliablablabla.blogspot.ie/.
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