Day-Dreamweaver:
Se levantó del
suelo, lo notaba frío bajo las palmas de sus manos, lustroso.
El pasillo no
estaba realmente iluminado, aunque no podía detectar ninguna fuente de
iluminación.
Innumerables
puertas lo flanqueaban.
Adelante y
atrás los extremos parecían reproducirse hasta el infinito. Era difícil
afirmarlo, dado que el color blanco lo engullía todo a tan sólo unos pasos. No
era niebla, sólo era color blanco. Podía haber sido una especie de negrura que,
por no tener matices, ni siquiera fuera oscura o una opacidad de cualquier otro
tono, pero era un fondo blanco como el de un esbozo. Tal vez no era miedo, pero
sentía una profunda inquietud.
El personaje
se difuminó en ese ruido blanco del televisor.
No me sirve.
Y el ruido
blanco lo tomó todo.
–Ha escrito un
libro, en la primera página nos cuenta cómo el general se dirige a la
fortaleza, en la otra nos detalla su conquista, además tiene dibujos. Puedes
comprarlo por sólo veinte euros.
Ruido blanco.
Se agradece, creo.
–Siempre ha
sido en entornos tan pequeños como yo, cuando me violaban, siempre he pensado
que necesitaba a esas personas porque, en el fondo, eran las únicas que había
en mi vida. Para de tocarme, por favor…
Ruido blanco.
¿Otra pesadilla? No puede ser peor.
–¿Quieres ser
feliz? Udov es para ti. Serás feliz con una sola dosis (hasta que se acaben sus
efectos). Nada resulta más atractivo que la felicidad. ¡Chicas sin ropa por la
cámara dos, gracias!
Ruido blanco.
Al menos esto es desconcertante sin más.
–XX es igual a
mujer y XY es igual a hombre, no van a venir ahora unos biólogos de pacotilla a
jodernos el chiringuito.
Ruido blanco.
En realidad, no sé si esto está mejorando.
Él o ella ES
TODO LO QUE SIEMPRE HAS QUERIDO, deberías haber deseado... La vida te dará un
cachete en el culo. Un cachete sexy, pero doloroso. ¿Te gustan las cuerdas, las
esposas? Él tiene tus mismos gustos, nunca conectarás así con nadie, además es
inteligente y adora la buena comida, desgraciadamente tu chico ideal no tiene
ni uno solo de los atributos relevantes, se te ha olvidado pedirlos y tienes
que aceptarlo: nadie nunca jamás ha cambiado a las personas. Sería terrible
pensar que una persona puede salvarte de ti misma, nadie se merece ese peso.
Haz que lo que deseas y lo que necesitas se unan como dos palmas dando las
gracias.
¿Quieres saber
el secreto?
Tú eres la
heroína. Nadie te salvará, eso es un relato lleno de oscuras consecuencias, una
metáfora que explota tu miedo a la soledad para que lo compartas con una
persona miserable. Tú eres tu príncipe azul, tu guerrera, sal a luchar con toda
tu fuerza. La palabra insight es la
clave. Acepta quien eres, de lo contrario no podrás aceptar a los demás. ¿Es
valentía? ¿Acaso hay otra opción?
Esas
cicatrices…
Eres un
susurro en medio de la brisa, un rugido acompañando al viento.
Soy una
tejedora de sueños, pero en estos tiempos de moradores del cristal, ya nadie
recuerda mi poder. Sé que no debo despertar, no así, no ahora.
Sabes cómo se
hace, lo has hecho más veces, sólo tienes que decir las palabras mágicas.
El olor de los
misterios se desliza por tu piel y la miel de los puntos de interrogación se
derrama sobre el dogma, el verde del mundo envuelve a la hierba en la curvatura
de tus labios, naciendo húmeda bajo tus pies. Las hojas de otoño revelan la
danza del viento y fluyes por el calor de un abrazo entre dos cuerpos que se
quieren, escribiéndose el cariño en sus almas como lo hace la eternidad en la
lluvia.
El verso teje
el aroma del fuego al quemar y esa sonrisa sabe al mejor chocolate.
Porque, si lo
piensas, todo la verdad cabe en un solo beso.
Ahora sí.
Despierta.
Marta Roussel Perla por Marta Roussel Perla se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional.
Basada en una obra en http://parafernaliablablabla.blogspot.ie/.
Un texto precioso, la última parte es de una gran poesía, con ideas que comparto.
ResponderEliminarFelicitaciones, Marta, tu prosa es cada vez más elaborada.
Besotes.
Muchas gracias, Mirella, ya sabes que me esfuerzo muchísimo y admiro la escritura y desaparezco en el acto de escribir, y por eso siento que debo presentarle mis respetos, no con este texto, sino con el aprendizaje.
EliminarSupongo que a veces siento que debo recordar quién soy ante toda esa gente que insiste en decirme.
¡Un abrazote! ^_^
Salud, Marta
ResponderEliminarMe parece todo muy bien llevado, son como secuencias interrumpidas, abruptas, y que sin embargo no resultan agobiantes, sino que dibujan mejor el ámbito de abstracción, de diálogo interior en el que se sumerge la voz narrativa.
Un abrazo y que estés bien.
Hola, Silvio, muchas gracias por tu visita y comentario. Nunca sé si mis textos oníricos funcionarán o si irán a algún sitio, pero suelo sentir una enorme necesidad de escribirlos en el momento, al contrario que otros relatos. Me alegro que en esta ocasión haya resultado armónico.
Eliminar¡Un abrazote! ^_^